Con la colaboración y el amor de mi familia compartí el pasado mes una de las experiencias más increíbles de esta etapa de mi vida. Ceramic art London fue exactamente lo que esperaba y más.
Al llegar y montar mi espacio pude recorrer los pasillos y emocionarme viendo cómo los grandes ceramistas de Europa creaban sus espacios con sus propias manos, al igual que en mi caso ayudados por familiares o colegas, pero en general tomando el montaje de su lugar como una obra que no cabía duda que debían de hacer por si mismos.
Rodeada de muchas personas a las que admiro monté con timidez mi paisaje del altiplano Guatemalteco, la colección en la que venía trabajando hacía un año y la que me abrió las puertas de este evento. De allí en más, tres días de mucha satisfacción, de muchas charlas y esa sensación linda que te genera ver a la gente verdaderamente contemplando, elogiando o simplemente sonriéndole a tu trabajo.
Fue un sueño cumplido que superó todas mis expectativas. Londres es un lugar donde el arte parece ser como el agua, la luz o el gas, un tema de primera necesidad en cada hogar. Estoy feliz que la colección se haya quedado por completo allí, este 30 de mayo será parte de la subasta de arte contemporáneo de Wilson55 (www.wilson55.com). Todo gracias a la confianza de James Spiridion a quién estaré siempre increíblemente agradecida.
Los sueños se hacen realidad y hacen lugar a nuevos sueños que casi siempre se convierten en nuevas piezas. Hoy mi agradecimiento es tan grande como la responsabilidad de seguir compartiendo esa felicidad que siento al poner mis manos y mi sensibilidad entera en el barro.
Al llegar y montar mi espacio pude recorrer los pasillos y emocionarme viendo cómo los grandes ceramistas de Europa creaban sus espacios con sus propias manos, al igual que en mi caso ayudados por familiares o colegas, pero en general tomando el montaje de su lugar como una obra que no cabía duda que debían de hacer por si mismos.
Rodeada de muchas personas a las que admiro monté con timidez mi paisaje del altiplano Guatemalteco, la colección en la que venía trabajando hacía un año y la que me abrió las puertas de este evento. De allí en más, tres días de mucha satisfacción, de muchas charlas y esa sensación linda que te genera ver a la gente verdaderamente contemplando, elogiando o simplemente sonriéndole a tu trabajo.
Fue un sueño cumplido que superó todas mis expectativas. Londres es un lugar donde el arte parece ser como el agua, la luz o el gas, un tema de primera necesidad en cada hogar. Estoy feliz que la colección se haya quedado por completo allí, este 30 de mayo será parte de la subasta de arte contemporáneo de Wilson55 (www.wilson55.com). Todo gracias a la confianza de James Spiridion a quién estaré siempre increíblemente agradecida.
Los sueños se hacen realidad y hacen lugar a nuevos sueños que casi siempre se convierten en nuevas piezas. Hoy mi agradecimiento es tan grande como la responsabilidad de seguir compartiendo esa felicidad que siento al poner mis manos y mi sensibilidad entera en el barro.